Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://jasperzodh766949.blog-ezine.com/38854180/la-noche-del-cabezazo-que-cambió-la-historia-del-fútbol